Gladys Tato

Psicoterapia General y Especializada en Pacientes con Trastornos Orgánicos

Las personas siguen recurriendo a buscar ayuda en la psicoterapia. Como bien dijo Freud no va a poder abandonarse un método que los pacientes siguen necesitando y demandando. No obstante cada vez es más alto el número de interrupciones. Responsabilizar de ello a la resistencia de los pacientes es poner el acento en un solo factor. La mayor parte de las veces los motivos están en los propios terapeutas.

Veamos algunos factores que me han llevado luego de años de práctica clínica, docente y supervisora, a llegar a esta afirmación.

En primer lugar gran parte de los profesionales siguen ejerciendo la psicoterapia sin la preparación necesaria para ello. Recordemos una vez más que en nuestro medio es una carrera de pos grado.

Ello trae como consecuencia una carencia en conocimientos de aspectos fundamentales de la técnica e importantes dificultades en la interpretación de la transferencia contratransferencia, por la falta de análisis personal.

Como dice el dicho “lo que mal empieza mal acaba”, y un número importante de interrupciones se producen porque eran tratamientos que no debieron haberse iniciado o se iniciaron mal.

Cualquier psicoterapia es una indicación producto de una evaluación de la demanda de un paciente. Aunque no alcanza con que el paciente quiera, es necesario que el paciente pueda con ese método y con ese terapeuta. Pero las entrevistas se han ido abreviando en tiempo, en profundidad y no se supervisan, con lo cual no se reflexiona sobre la indicación y el encuadre más adecuado para cada paciente. A veces escucho a los psicólogos que con razón critican a los médicos sobre lo breve de las consultas, pero luego veo que toman a un paciente con una o a veces dos entrevistas y que además no saben diferenciar de lo que es una sesión.

El “tratamiento de prueba” propuesto por Freud, tiene indicaciones vigentes que se desconocen, lo que sucede es que mayoritariamente se desconoce el tratamiento de prueba.

La dificultad para separar la indicación de la frecuencia de los honorarios de sesión, lleva al grave error de pautarlas juntas, lo que hace que se termine indicando lo que se puede pagar y no lo que es mejor. Este aspecto lo hemos trabajado muy intensamente por lo que constituye un importante capítulo de nuestro Manual de Técnica. No se trata de desconocer la realidad económica sino de valorizar el trabajo de los terapeutas por un lado y diferenciar en el paciente prioridades económicas de dificultades económicas.

Cualquier método terapéutico que modifique sus cualidades de aplicación de un modo inadecuado, desvirtúa su utilidad, con lo cual no se sabe si fracasó porque no era el indicado o porque se aplicó mal.

Una prolija aplicación y ejecución de la psicoterapia parece ir a contramarcha de un contexto light y desprolijo. Pero si concedemos a la presión de querer “bueno, corto y barato”, seguiremos teniendo pacientes que abandonen tratamientos y además muchas personas desilusionadas de un método que sigue siendo de gran utilidad para resolver conflictos, aliviar sufrimientos y vivir mejor.

Ejercer la práctica y la docencia integrando todos estos aspectos han sido pilares fundamentales para que tengamos en nuestra Clínica una casuística con bajísimos índices de interrupción.

Hacer las cosas mejor implica estudio, dedicación y trabajo pero es el camino que siempre hemos transitado.

Gladys Tato