Gladys Tato

Psicoterapia General y Especializada en Pacientes con Trastornos Orgánicos

En (1901) Freud expresaba "quizás sea consecuencia de mi práctica del psicoanálisis que apenas pueda mentir ya"…. "el esfuerzo de los seres humanos por decir la verdad es más fuerte de lo que se suele estimar".
Considero que ambos aspectos de lo dicho por Freud son de una importancia trascendente, sobre todo en épocas en que desearíamos como dice Chávela Vargas en “Noche de Bodas” que las verdades no tengan complejo que las mentiras parezcan mentiras”, épocas en que el engaño arrecia y la verdad está solapadamente depreciada y menoscabada, porque se pregonan como verdades tantas mentiras.
Sí realmente el esfuerzo por decir la verdad debe ser fuerte para no ceder a la tentación del rédito de mentir en sociedades que transitan por una profunda crisis de valores.

Es evidente que Freud considera que el trabajo analítico se logra y se construye sobre la verdad.

Según el diccionario "mentir" significa “decir cosas que no son verdad”, “engañar, hacer creer a alguien con palabras o de cualquier manera algo que no es verdad”. Esta definición hace énfasis en aspectos importantes: la mentira como la verdad son actos voluntarios, que implican al yo consiente y están habitualmente dirigidos a otro. Pero también lo verdadero y lo falso están sostenidos en leyes que indican qué es falso y qué es verdadero. Un concepto de verdad se relaciona con la concordancia con el mundo exterior, otro se relaciona con la ética y la moral.

En relación al análisis Freud considera que el trabajo psicoanalítico está edificado sobre la veracidad. No obstante si el proceso analítico se edifica sobre la verdad ¿a qué "verdad" nos referimos, verdad o mentira en referencia a qué?

Para el analista lo verdadero es la realidad psíquica del paciente, Freud pensó que las histéricas mentían hasta que le otorgó crédito a la “verdad” de la fantasía, aunque desde la conciencia las fantasías histéricas son mentiras, son las verdades de la vida anímica inconsciente.

La verdad en el psicoanálisis tiene algo inasible y nunca alcanzable de todo proceso analítico porque involucra al inconsciente.

Es Importante diferenciar la mentira consiente, voluntaria, de la mentira como mecanismo de defensa inconsciente.

¿Por qué se miente? En (1913) en "Dos mentiras infantiles" Freud señala que la mentira está al servicio de preservar el amor de los padres y ocultar el deseo incestuoso.

También se puede mentir como una forma de agresión, para enmascarar una cualidad del yo y preservar la imagen narcisista, para aliviar la frustración y buscar el placer.
La mentira está ligada a una debilidad del yo, “es el arma de los débiles”.

Bion (!970) en "Atención e Interpretación", relaciona la mentira con el cambio catastrófico y se pregunta si se puede analizar a un paciente mentiroso y al respecto dice que: "... si el paciente formula constantemente manifestaciones no ciertas, en teoría el analista y el paciente están en conflicto". En ese caso "... el analista se ve desafiado a aceptar las mentiras, a riesgo de mostrar que no le interesa la verdad, o rechazarlas y asumir el rol de conciencia del paciente".

Cuando un paciente miente a conciencia, juega con las reglas atacando el encuadre y la premisa básica de la regla fundamental, al excluir del comercio asociativo algunos pensamientos o distorsionándolos conscientemente.

Por todo lo dicho podemos pensar que las diferentes formas de mentir son diferentes modos de resistencias.

Quiero terminar este artículo con una reflexión sobre las palabras de Freud en relación a que por su condición de analista quizás apenas podía mentir. No solo creo que la ética de la verdad es una cualidad inseparable de nuestra práctica, sino que es inseparable de nuestra condición de personas cuando hacemos una tarea que siempre está al servicio de la búsqueda de la verdad.

Gladys Tato.