Gladys Tato

Psicoterapia General y Especializada en Pacientes con Trastornos Orgánicos

Este es el título del último libro del Dr. Luis Chiozza a cuya presentación concurriremos este próximo 23 de octubre. Su obra es extensa y profunda, es el psicoanálisis en su más lograda expresión porque cambia definitivamente el paradigma de una epistemología dualista, para demostrar una y otra vez que el dualismo psiquis soma que tanto daño le ha hecho a nuestra disciplina, es el producto del funcionamiento de la conciencia. Su vasta investigación entre la relación de afectos y afecciones reafirma esta tesis una y otra vez. Como los grandes autores del psicoanálisis que hacen escuela se trasforman en referentes a quienes se los estudia en sus orígenes y en la permanente actualización de su pensamiento.

En el año 1990 tomé contacto con las ideas de Chiozza. La distancia entre mi formación académica de aquel entonces y la riqueza de sus propuestas contrastaron con la cercanía intuitiva y emocional que me provocaban sus conceptos. Sentí que el camino estaba por ahí aunque todavía no podía fundamentarlo racionalmente. Hoy 25 años después las tres inteligencias que poseemos: razón, corazón y experiencia me han permitido integrar no solo sus conceptos sino lo que es más importante “su modo de pensar.”, el “método”, no solo el resultado. Esta es una diferencia fundamental entre repetir la obra de un autor o enseñar a pensarla y seguir su desarrollo.

Claro, ello exige una profunda formación psicoanalítica que no todas las personas están dispuestas a realizar. Y esa es una exigencia, como me han dicho muchas veces, “excesiva e innecesaria”, pero la vida me ha demostrado que lo que no va por el camino de la excelencia conduce tarde o temprano a la mediocridad.

Pero vivimos desde hace tiempo en un contexto donde la mediocridad no se condena, por eso está como está la educación.

Como dijimos antes la obra de Chiozza tiene un contenido central en la relación entre afectos y afecciones. Pero la profundización en esa relación ha derivado en un mayor conocimiento de la complejidad de los dramas comunes a todos los seres humanos. Dramas cuya expresión se encuentra en cada paciente, pero también en los mitos, la literatura, el cine, en toda expresión de” lo inconciente”.

Este libro recorre esas temáticas en el lenguaje de la vida y además las contextualiza en la crisis de valores de nuestra época que como dice Chiozza, participa no solo el paciente sino también el terapeuta.

¿Qué otorga sentido a nuestra vida?, ¿qué nos rescata del vacío existencial o la perversidad de la moral?, ¿cómo se logra la armonía entre lo individual y lo social?, ¿por qué le ha llamado a los celos, la envidia, la rivalidad y la culpa, los cuatro gigantes del alma?

Muchas ganas de escuchar y aprender, que trasmitiremos a nuestro regreso, sobre todo lo que se diga de este libro que ya hemos leído y que en cada nueva lectura descubrimos “algo más”.

Ese “más” no es la ambición cuantificable, es el “más” del disfrute inagotable del conocimiento y la verdadera sublimación.

Gladys Tato