Dado la creciente especialización en Psicología la oferta en distintos tipos de psicoterapia, las Instituciones y los profesionales que la efectúan, realizan hoy una intensa promoción de las mismas.
Bienvenida la diversidad porque permite optar lo que cada paciente o quien lo deriva considera lo mejor para él, pero luego que una persona entra en contacto con un profesional o una institución poco o nada se sabe de lo que sucede después.
Si bien nuestra actividad tiene una privacidad que no se hace pública, nada impide que se haga explícito el modo personal o institucional en el que se procede. Esto es algo que puede y debe conocerse porque los estándares de calidad tienen cualidades pautadas, que comprenden también la atención psicológica- psicoterapéutica que no todos conocen y por lo tanto las omiten porque habitualmente no las aplican.
Debemos dejar bien claro, en primer lugar, que no existe reglamentación y por lo tanto ninguna habilitación oficial de la psicoterapia otorgada por el Ministerio de Salud Pública. Lo único que existe es la habilitación del Ministerio de Educación y Cultura De los Institutos de Formación de AUDEPP Y APU, cuyos títulos sella y las Diplomaturas en Psicoterapia en Servicios de Salud cuyo título sella la Universidad de la República. El resto son todos títulos privados que no están sellados ni registrados por ningún organismo del estado. Por lo cual todo lo que se hace hoy en psicoterapia es fundamentalmente responsabilidad de quien la práctica.
En la Institución que dirijo desde hace casi 25 años he desarrollado una creciente sistematización y metodología de trabajo interna para asegurar y testear la evolución de la atención que brindamos.
Muchos de los aspectos a los que haré referencia solo pueden aplicarse cuando se trabaja en equipo, pero otros también pueden realizarse en forma individual.
En primer lugar todo encuentro con una persona debe comenzar por una Consulta, porque como su nombre lo indica esa instancia es para “asesorar o responder sobre el estado anímico emocional de alguien y sus problemas para ver si necesita tratamiento y cual sería ese tratamiento”. De esto se desprende la importancia de la misma. En nuestro equipo dicha consulta la efectúo yo porque mi condición de médico, psiquiatra y psicoanalista me permite una evaluación amplia y profunda.
Cuando el profesional que la realiza es psicólogo, debe a mi entender tener conocimientos básicos de medicina y psiquiatría para comprender más aspectos de lo que le pasa al paciente, saber tener un diálogo interdisciplinario y sobre todo saber cuándo y porqué derivar a otro profesional.
Recién cumplida esa instancia daremos paso a lo que llamamos Entrevistas. Las mismas tienen como objetivo conocer más al paciente y su problemática, lo que permitirá reafirmar la indicación de tratamiento o no.
Al día de hoy me sigue asombrando la cantidad de profesionales que con un solo encuentro con una persona, potencial paciente, ya deciden iniciar un tratamiento y hasta comienzan a señalarle aspectos de su conflictiva en la única y primera entrevista!!.
Ni los médicos a quienes les criticamos su premura y falta de tiempo se comportan así.
Cuando completamos la instancia de entrevistas, que en quienes trabajan y aprendieron conmigo son dos o tres, y se reafirma la indicación de tratamiento, realizamos lo que yo he llamado Fundamentación de Tratamiento, para diferenciarlo de la Devolución en los métodos diagnósticos.
Esa Fundamentación permite, confirmarle al paciente la indicación de psicoterapia, tanto por aquello que vino a consultar como por lo que pudimos tomar conocimiento durante las entrevistas, coincidir en trabajar juntos porque ambos nos sentimos cómodos, proponerle si lo creemos necesario complementar con medicación psiquiátrica o decirle: ¿por qué no?, que no lo vemos motivado para la terapia, que viene porque lo mandan, o todo aquello que nos parezca pertinente para decidir seguir adelante o no.
Finalmente realizamos lo que se llama Encuadre, es decir la forma en la que vamos a trabajar, lugar, horario, frecuencia, honorarios, etc. Cada uno de estos aspectos merece una detenida reflexión del terapeuta y una clara fundamentación al paciente.
En nuestra Institución como trabajamos en equipo, es posible en cualquiera de las instancias mencionadas, reunirnos y conversar sobre las dudas que pueda presentarnos un paciente en cualquier aspecto. Por nuestra metodología también realizamos sistemáticamente supervisiones y reuniones de evaluación y seguimiento.
Es decir cualquier paciente que es derivado va a tener una evolución internamente conocida.
Todo esto está detalladamente pautado, porque las normativas de calidad exigen sistematización, protocolización y seguimiento en cualquier disciplina científica. Ello puede realizarse sin afectar la intimidad ni la privacidad del vínculo. Al contrario paciente y terapeuta tienen por detrás, una red de contención que sostiene el trabajo de ambos.
Gladys Tato
Todo lo expuesto se encuentra ampliamente desarrollado en: TEORÍA DE LA TÉCNICA PSICOANALÍTICA. Consulta – Entrevistas – Encuadre. Fundamentación de Tratamiento®. Registro de Derecho de Autor nº 1038. L.33